La neumonía, mejor conocida como pulmonía, es la infección del parénquima pulmonar producida por un agente infeccioso. La puerta de entrada del agente infeccioso suele ser la vía aérea. Los síntomas característicos son tos, dolor torácico y fiebre, aunque no siempre aparecen. Antes de la llegada de los antibióticos, la neumonía tenía resultados mortales, pero hoy es una enfermedad realmente curable. Muchos pacientes con neumonía son tratados por el médico de cabecera y no se ingresan en los hospitales. Esto es lo que se denomina neumonía adquirida en la comunidad. La neumonía nosocomial es la que se adquiere durante el ingreso hospitalario por otra causa.
La neumonía puede ser una enfermedad grave, especialmente entre los ancianos y los inmuno-deprimidos. Los pacientes de SIDA contraen frecuentemente la neumonía por Pneumocystis , forma de la enfermedad en otras circunstancias. Las personas con fibrosis quística tienen también un alto riesgo de neumonía debido a que continuamente se acumula fluido en sus pulmones.